El guardarropas sustentable

Desde hace algunos años la palabra “sustentabilidad” nos acompaña en muchos ámbitos de la vida cotidiana. Si bien tiene diferentes aplicaciones según el área en que la encontremos (ciencia, salud, ambiente, economía, etc), me gusta quedarme con una que dice “El desarrollo sustentable supone la administración responsable y eficiente de los recursos naturales de cara al futuro. Implica la conservación del equilibrio ecológico sin dejar de lado el progreso material.” Entonces, qué tiene que ver esto con la moda o la indumentaria? Tiene TODO que ver, por qué? Porque en las últimas décadas la industria textil se volvió una de las más contaminantes del planeta, no sólo por sus procesos productivos, sino por la cantidad de desechos anuales que genera. Esto tiene que ver con que pasamos de tener dos colecciones anuales (primavera/verano – otoño/invierno) a tener muchísimas más. Las marcas internacionales sacan colecciones “entre colecciones”, generando un mínimo de seis: las colecciones crucero, las de entretiempo, entre otras miles de posibilidades que surgen de la creatividad del mercado para vendernos más y que dure menos el uso de esas prendas. Como somos consumidores obedientes, sucumbimos ante el deseo en forma de necesidad de adquirir esas prendas, esos equipos y esas propuestas que nos ofrecen las marcas, ya no solo por las prendas en sí mismas, sino por la idea de que vamos a ser más felices y más parecidas a las personas que aparecen en las gráficas de las marcas, por supuesto esto es todo de forma inconsciente, al comprar tenemos una sensación de gratificación inmediata, que se desvanece a los minutos o al primer uso de esa prenda que luego queda arrumbada en un estante, tal vez caída en el fondo y encontrada meses después casi sin recordar que estaba ahí. 

Está mal comprar? Por supuesto que no, de hecho yo te vendo un montón de cosas y no por eso me considero una villana! Lo que, tal vez, no está tan bien es el comprar por comprar. La sustentabilidad se fundamenta en tres pilares: el ambiental, el social y el económico. El mundo de la moda tiene muchas debilidades en estos tres aspectos, el primero es que los procesos productivos a nivel ambiental tienen mucho consumo de agua, el uso de solventes y energía. El social, las condiciones de trabajo poco dignas para un sector determinado. El económico, el gasto desmedido en cosas que después no vamos a usar, como es el ejemplo del packaging: kilos de papel, cartón, impresiones de etiquetas, bolsas plásticas y un montón de otras cosas que se convierten en descarte automáticamente sacamos la prenda de su empaque. Entonces, qué puedo hacer yo como consumidora para no contribuir o contribuir en menos medida con todo esto? Lo primero que puedo hacer es saber quién soy, qué quiero, qué me gusta y qué necesito. Cómo se logra esto? Reconociéndonos, Buscando en nuestro interior para reflejar en nuestro exterior, hay ejercicios muy, muy simples que podemos hacer para esto. Uno es pararse frente al guardarropas (es un super buen momento el cambio de temporada) y observar. Cuáles son los colores qué más encuentro? Cuáles son las prendas que más se repiten? Cuáles son las prendas/calzados/accesorios que dejé de usar hace tiempo? Esto nos va a dar una primera idea de qué sí y que no nos gusta o nos identifica. El segundo paso sería probar esas prendas, ver cuáles son los cortes con los que nos sentimos más cómodas, qué nos resulta práctico y versátil para todas las actividades que hacemos cotidianamente y pensar en qué prendas o complementos nos harían falta para aprovechar mejor lo que tenemos. Es importante que descartes lo que no va más con vos y más importante aún, que no vuelva a ingresar a tu guardarropas algo similar. 

A la hora de comprar, siempre tener en cuenta la calidad, comprá la mejor calidad que te permita tu presupuesto. No es necesario “endeudarse” para tener nuevas prendas, las opciones son infinitas, a solo un vistazo de instagram podés encontrar muchísimas marcas que tal vez no exploraste antes a buenos precios en relación a su calidad. Si sos una persona a la que la motiva lo social, también podés investigar quién y cómo están hechas las prendas y cosas que comprás para vestirte. Es muy sencillo, sólo tenés bucear en internet y ahí va a aparecer todo. Dónde se hicieron mis prendas? En las etiquetas, generalmente, figura y ahí podés darte una idea de las condiciones en que esa prenda fue confeccionada… También podés comprar a marcas o empresas que trabajan éticamente a nivel social y/o  ambiental. Prendas de fibras naturales o con procesos amigables con el ambiente. 

Y ahora? Qué hacemos con lo que descartamos? Hay muchas opciones para esto, una muy interesante es reunirte con amigas (con distancia y cuidado, pues pandemia) y hacer intercambios de prendas, es super lindo tener algo de alguien que queremos, no? Cuántas veces tenemos prendas casi nuevas que a alaguna de nuestras amigas le gustaba mucho? Es una opción regalársela o hacer un cambio por otra que ella ya no use. Otra opción es vender. Hay muchos circuitos de ferias de segunda mano o ferias americanas, donde podemos llevar nuestras prendas que están en impecable estado para que alguien más pueda comprarlas y también podemos comprar nosotras prendas ahí, o hacer un intercambio con las personas a cargo de estos negocios. Es bastante interesante esta propuesta. 

Por supuesto está la donación a comedores, fundaciones y demás proyectos sociales. Tené en cuenta siempre preguntar previamente, porque es tanto el descarte de indumentaria que, a veces, ellos mismo están abarrotados de estos artículos. 

Por último y no menos importante, podés ponerte en contacto con emprendedores que trabajen con recuperación o reciclado textil, somos cada vez más, afortunadamente! En ese caso podés hacer intercambios o venderles tus prendas en desuso como materia prima de trabajo, si no conocés a nadie y estás leyendo esto podés contactarte conmigo y te cuento qué puede servirme. 

Así que, en conclusión, para tener un guardarropas más sustentable lo único que hay que saber es quiénes somos, qué queremos mostrar al mundo de nuestra personalidad y elegir bien las prendas que entran en casa. Lo bueno es que no hace falta quedarse con una sola opción, siempre que compres a conciencia podés mezclar todo, un poco de esto, un poco de aquello y tener un guardarropas más rico en colores y texturas, con más personalidad, la tuya, obvio. Un guardarropas más adaptable a tu vida, a lo que querés y más durable en el tiempo, por qué? Porque lo vas a amar! Y te vas a sentir “en casa” cada vez que te vistas ♥ Si necesitás ayuda para identificar todas estas cosas siempre podés inscribirte en el taller ⭐ Conectá con tu imagen ⭐ y exploramos juntas tu mundo! Y también te dejo el vivo que hice hace unos días hablando de esto mismo, tal vez te resulta más cómodo que leer 😉 porque lo podés dejar de fondo mientras hacés algunas actividades. 

Si tenés alguna duda, te invito a escribirme en los comentarios o mandarme un mail a anapaula@anapaulaseara.com, que te respondo lo más rápido que puedo! 

Que tengas un gran fin de domingo y una mejor semana! ♥ Te abrazo a la distancia y con protocolo 😊😅

 

Ana Paula

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